" LA IGNORANCIA MATA".
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martes, 25 de septiembre de 2012

Chitauri: Los Terribles Dioses Lagarto de la Tradición Zulú...(2)



LA LLEGADA DE LOS CHITAURI 

 Y un día, arriba en el cielo, aparecieron terribles objetos. Eran como esferas gigantes que parecían estar hechas de oro brillante. Estas esferas eran más grandes que las montañas. Vinieron del cielo haciendo un ruido tremendo, emanando fuego y un humo negro.

Y de esos enormes objetos, salieron aparatos con formas de «platos hondos» que generaban mucho fuego, y ruido, y vientos que levantaban tanto polvo, que cegaban la vista. Y de esos objetos salieron ellos.
Y los Chitauri le dijeron a los Seres Humanos —quienes fueron reunidos a la fuerza con látigos con forma de relámpago—, que ellos eran los Grandes Dioses del Cielo, y que les darían a los Seres Humanos Grandes Dones, siempre y cuando fueran adorados y aceptados como nuestros Creadores.

Estos supuestos Dioses eran bien altos, con una cola larga, y con terribles ojos ardientes. Algunos tenían dos ojos amarillos y brillantes. Otros tenían tres ojos: un ojo rojo redondo estaba en el centro de la frente.
Algunos de ellos dijeron a nuestra gente que eran nuestros Hermanos Mayores, y que habían sido producidos por este Planeta varias generaciones atrás. Dijeron que habían regresado al verde vientre de su madre, y que nos convertirían en Dioses.

LOS DONES DE LOS CHITAURI

Lo que hicieron fue crear un par de cuevas muy extrañas en la zona. Cavaron dos cuevas. En una de ellas había una luz verde, y en la otra, una roja. Trajeron a los Seres Humanos a estas cuevas y cada Ser Humano tuvo que escoger la cueva a la cual iba a entrar.
Aquellos que entraron a la cueva verde regresaron como mujeres. Aquellos que entraron a la cueva roja salieron de ella como hombres. Y después de eso, los Chitauri dijeron a la gente que ahora ya eran perfectos.
Pero en el momento en que el primer hombre vio a la primera mujer, surgió una terrible inconformidad. Las mujeres odiaron a los hombres porque al mirar entre sus piernas vieron lo que parecían ser serpientes enredadas. Y los hombres odiaron a las mujeres porque al mirar su pecho, vieron estas grandes cosas, sin saber lo que eran.
Para los Chitauri, todo esto era un juego y les pareció muy gracioso. Luego los Chitauri dijeron:
—Si aceptan servirnos, los convertiremos en Dioses.
Y los humanos aceptaron.
Posteriormente, los Chitauri dieron a los humanos un segundo Don: el Don del Lenguaje. La gente empezó a hablar con sus bocas cuando anteriormente lo hacían con sus mentes. Y de ahí surgió un gran problema, porque este hombre no sabía el lenguaje de este otro. Y cuando este hombre saludó a este otro, él creyó que estaba siendo insultado, y esto fue causa de homicidios.
Cuando a nuestra gente se le dio el Lenguaje, encontraron para su horror que habían perdido la mayoría de sus poderes mentales: el poder de hablar a través de la mente; el poder de mover objetos con la mente; el poder de ver el futuro y el pasado; y el poder de viajar, espiritualmente, a diferentes mundos.
Habían pagado un precio muy alto.

EL CIELO AZUL

Los Chitauri quitaron la sagrada niebla del cielo y por primera vez desde la Creación, los Seres Humanos miraron arriba y vieron las Estrellas, los Chitauri le dijeron a los humanos que estaban equivocados en creer que Dios moraba bajo la Tierra.
Le dijeron a la gente de la Tierra:
—De ahora en adelante la gente de la Tierra tiene que creer que Dios está en el Cielo, y tienen que hacer cosas en esta Tierra para complacer a este Dios que está en el Cielo.
Originalmente, los Seres Humanos creían que Dios estaba bajo la tierra, que ella era una Gran Madre que dormía bajo la tierra, porque veían que todo crecía desde abajo de la tierra: el pasto venía desde abajo de la tierra, los árboles crecían desde abajo de la tierra, y la gente creía que cuando uno moría, se iba debajo de la tierra.
Pero cuando los Chitauri voltearon los ojos a los Seres Humanos hacia el cielo, la gente empezó a creer, ahora, que Dios estaba en el cielo y que los que morían en esta Tierra no iban hacia abajo de la tierra, sino hacia arriba en el cielo. Y hoy día, por toda África, dondequiera que vaya como investigador, encontrará estas dos fascinantes ideas, que entran en conflicto una con la otra.

MAI, LA PIADOSA

Los Chitauri eran ahora los amos de los Seres Humanos. Los Chitauri forzaron a los humanos a excavar la tierra, a minar metales: oro, cobre, estaño, plata y todo tipo de metales. Los Chitauri ponían a trabajar incluso a las mujeres y las obligaban a descubrir minerales y ciertos metales.
Las mujeres descubrieron el cobre, el oro y la plata. Y, eventualmente, fueron dirigidas por los Chitauri para alear estos metales y crear unos nuevos que nunca antes habían existido en la naturaleza: metales como el bronce, latón y otros.
Pero la gente estaba bastante triste, porque no podían lidiar con las nuevas diferencias sexuales que eran ahora entre hombre y mujer.
Y luego, entre los Chitauri surgió una mujer Chitauri con buenas intenciones: su nombre era Mai Zarantuari Zamahongo, quien era la Esposa Oficial del terrible jefe de los Chitauri, llamado Umbaba Gorrontuari Zamahongo.
Esta mujer reptil se sentía muy mal por la Raza Humana. Ella preguntó a la gente:
—¿Son infelices?
Y la gente respondió:
—Sí, Su Grandeza, porque vamos a las cuevas todos los días. Cavamos y traemos metales a los Dioses, pero no somos felices.
Y la mujer Chitauri, rascándose la mejilla escamosa, comenzó a pensar y pensar. Ella era terriblemente fea. Sus ojos eran como luces en la oscuridad. Pero había piedad en su corazón, así es que enseñó a los hombres y mujeres a hacer el amor.
Y dijo:
—Miren... Nosotros los hemos dividido entre hombres y mujeres, y esta acción los unirá nuevamente.
Pero no fue así, porque todos aquellos que reciban un regalo de los Hijos de la Serpiente, están siempre en problemas.
Lo que ocasionó fue que, cuando un hombre empezó a acostarse con su esposa, no se conformó y fue a robar a la mujer del vecino, y esa fue la causa de un gran problema entre la gente. Así es que los hombres comenzaron a robar a las esposas y novias de otros, y las mujeres hicieron lo mismo.
Entonces, el Rey Umbaba, el terrible jefe de la Gente Reptil, dijo:
—Mira lo que has hecho, mujer estúpida. Ahora esta gente está haciendo tanto ruido. Escucha a todos los que gritan entre los arbustos. Están entretenidos haciendo el amor, y no están haciendo su trabajo, y tú eres responsable de esto.
Y la mujer reptil pensó y pensó, hasta que algo se le ocurrió, y dijo:
—Los haré detenerse. Cuando estén haciendo el amor entre ellos, las mujeres van a embarazarse, y una vez embarazadas, el hombre va a dejarlas en paz, y ese ruido en los arbustos dejará de molestarte, Señor.
Y Umbaba dijo:
—Más te vale, porque la producción está detenida.
Y entonces, todas las mujeres del área se embarazaron, y Umbaba se enfureció una vez más con su esposa.

MUERO, EL HÉROE HUMANO

Estos eventos continuaron sucediendo, hasta que un día, la mujer reptil activó a un héroe negro llamado Muero. Y Muero retó al jefe de los Reptiles a una pelea, donde cortó el pene del Rey de la Gente Serpiente. Y eso causó una gran guerra.
Muero huyó, pero Umbaba, el terrible Jefe Chitauri, lo arrestó y lo llevó a su aldea, donde luego le dijo:
—Cortaste mi pene, el cual he reemplazado por uno de oro, y no puedo hacer más el amor. Piensas demasiado, pequeña escoria humana.
Umbaba tenía una uña horrible en uno de sus dedos. Una garra. Lo que hizo fue ensartar esta garra dentro de una de las ventanas de la nariz de Muero, haciendo un terrible agujero en su cerebro. Y luego comenzó a beber su cerebro, finalmente deshaciéndose de su cadáver.
Hasta este día, nosotros creemos que los Chitauri suelen devorar el cerebro humano. Y misteriosamente, los científicos han encontrado escamas, donde el cerebro humano ha sido removido y devorado por alguien o algo.

LOS REYES DE LA TIERRA

El Chitauri se unió al humano y después entregó un pequeño grupo de mestizos con aspecto humano, y dijo:
—Estos son sus Reyes. Estos son sus jefes. Ellos tienen nuestra sangre. Ellos son nuestros hijos, y tienen que escucharlos, porque esta gente hablará por nosotros. Si no lo hacen, los vamos a castigar de una forma horrible.
Ellos fueron los futuros Gobernantes, Reyes y Emperadores de las futuras Civilizaciones.
En el transcurso de los Siglos, hasta hoy, la mayoría de los mestizos ha gobernado la mayor parte del mundo. Pero una minoría optó por no hacerlo, huyó y se refugió en las selvas, cuevas, montañas, desiertos, etc. Estos seres exiliados aún caminan errantes por la Tierra.
Otra cosa que los Chitauri le dijeron a nuestra gente, es que nosotros los seres humanos estamos aquí en la Tierra para cambiarla y hacerla aceptable para «Dios», quien ha de venir un día a vivir en ella. Y se dice que aquellos que trabajen para cambiar esta Tierra y hacerla segura para el Dios Serpiente, el Chitauri, quien vendrá a habitarla, serán recompensados con grandes poderes y riquezas.
Antes de la llegada de los Chitauri, los Seres Humanos eran espiritualmente unidos. Pero cuando llegaron los Chitauri, se dividieron, tanto espiritualmente como por el lenguaje. Entonces, los Chitauri le dieron extraños sentimientos a los Seres Humanos.
Los Seres Humanos comenzaron a sentirse inseguros, y empezaron a construir aldeas con fuertes cercas de madera. Los Seres Humanos empezaron a crear países. En otras palabras, comenzaron a crear tribus y terrenos, que tenían fronteras, que ellos defendían contra cualquier posible enemigo.
Los Seres Humanos se volvieron ambiciosos y codiciosos, querían adquirir riquezas en forma de ganado y conchas de mar...

Entre la mucha gente sabia que me honra con su amistad, existe un hombre de gran inteligencia que vive en Israel, el Dr. Sitchin.

[NX: Se refiere a Zecharia Sitchin, el principal estudioso de la Tradición Sumeria sobre los Anunnaki, «Los Que Descienden del Cielo a la Tierra»].

Según los escritos antiguos de la gente de Sumeria, en arcilla, los Dioses vinieron del cielo y obligaron a los Seres Humanos a trabajar por ellos, a buscar Oro por ellos. Esta historia es confirmada por Leyendas Africanas acerca de Dioses que vinieron del cielo y nos hicieron sus esclavos de tal manera que nunca nos diéramos cuenta que lo somos.

Fuente: cronicasdelgirku.blogspot.com.