El Gobierno se prepara para inyectar este mes a los bancos nacionalizados la línea de urgencia de 30.000 millones otorgada por Europa en el marco del rescate comunitario al sistema español por hasta 100.000 millones. El Ministerio de Economía trabaja desde hace varios días con las autoridades de Bruselas para poder desembolsar estos fondos en Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia y Banco de Valencia, según fuentes del sector.
Los primeros recursos irán destinados a Bankia y su matriz BFA, cuyas necesidades son más elevadas. La ayuda será preliminar y llegará, en principio, en la segunda quincena, una vez se haya determinado la cuantía.
El grupo que preside José Ignacio Goirigolzarri ha reclamado al Estado 19.000 millones adicionales a los 4.465 millones que recibió para su constitución en 2010. Ahora percibirá una parte de esta cantidad, que se está analizando por parte de Economía, el Banco de España, Bruselas y la propia entidad. El dinero tiene que ser justificado, hasta el último céntimo, ante las exigencias de la UE, al tratarse de ayudas públicas.
Fondos disponibles
España está elaborando un informe exhaustivo sobre los recursos que inyectará en Bankia, que tendrá que recibir el visto bueno comunitario. "En esto estamos trabajando", señalan desde el Ministerio, que resaltan que los 30.000 millones están disponibles desde hace una semana para ser utilizados.En los acuerdos alcanzados con los países de la zona euro, España había logrado obtener una línea de urgencia para poder sortear circunstancias de extrema necesidad en su sector financiero, ya que el proceso de saneamiento no podrá iniciarse hasta finales de septiembre, cuando las auditoras y la consultora Oliver Wyman cierren el estudio pormenorizado y de manera individual de todos los grupos bancarios.
El Ejecutivo, ante el acoso de los mercados, quiere acelerar todo el proceso lo máximo posible. En el sector no se descarta que haya tomado esta decisión ante las urgencias que presente alguna de las entidades nacionalizadas, sobre todo, en cuestiones de liquidez, ante los próximos vencimientos de deuda y la retirada de depósitos que están sufriendo algunas de ellas, en favor de los grupos más solventes.
Fuente: El Economista.