"Estamos ante la mayor 'erupción' de metano en la historia moderna de la humanidad", ha advertido el oceanógrafo John Kessler, de la Universidad A&M de Texas. Aunque el metano producido por las bacterias juega un papel vital en los ecosistemas del fondo marino, la fuga está propiciando niveles hasta 10.000 veces superiores al normal en las aguas del Golfo de México. Según Kessler, el crudo que emana del pozo accidentado tiene además un altísimo contenido en metano, en torno al 40% (frente al 5% habitual).
La compañía BP ha reconocido esta misma semana que está quemando a diario unos 850.000 metros cúbicos de metano, procedentes del pozo accidentado de petróleo. Se calcula que en apenas 15 días se han quemado 12,7 millones de metros cúbicos del gas. El Servicio Geológico de EEUU advierte que cada barril de petróleo (a razón de 60.000 diarios) podría estar liberando hasta mil metros cúbicos de metano en el agua.
Los investigadores consideran que la causa de la explosión de la plataforma de Deepwater Horizon, el pasado 20 de abril, fue precisamente una burbuja de metano procedente de la boca del pozo. El gas, soldificado en hidratos con las bajas temperaturas a 1.500 metros de profundidad, ha dificultado también notablemente las labores de recuperación del crudo con una campana de contención.
El oceanógrafo John Kessler advierte que el metano podría tener unos efectos tan devastadores como el petróleo en el Golfo de México. En contacto con el agua, el gas reduce drásticamente los niveles de oxígeno y podría estar sofocando el plancton, vital para cientos de especies como primer elemento de la cadena almenticia.
Fuente: Más Verde Digital