¿Cómo obtuvo Blavatsky esta información? Según ella, lo hacía accediendo a los registros Akásicos,
mientras entraba en trance y consultaba antiguos manuscritos tibetanos,
o bien recibía los dictados de sus guías espirituales, los Mahatmas. En
su obra fundamental, "La Doctrina Secreta", recogía extractos de uno de esos manuscritos, Las Estancias de Dzyan (Ed. Sirio), que Blavatsky afirmaba haber visto en un monasterio de los Himalayas. Un discípulo suyo,W. Scott Elliot, también recopiló mucha información por esa vía.
En su libro, "Historia de la Atlántida"
(1896), ofrecía fechas concretas de los diversos cataclismos que la
destruyeron y aseguraba que había ocupado la mayor parte del actual
océano Atlántico. Su cronología geológica resultaba ser absolutamente
inviable, pero algunas de sus propuestas merecen consideración.
Según él, la Atlántida se extendía desde la actual Groenlandia hasta la mitad de la actual Sudamérica y durante su larga existencia estuvo habitada porSubrazas (Así llamadas para distinguirlas de las siete razas raíces, a su vez divididas en siete). Los Lemurianos habrían
medido más de 3,5 metros de estatura y algunos de sus descendientes
pervivirían en algunas zonas del planeta, como Africa y Australia.
Según esta
fuente, los Atlantes evolucionaron a partir de los Lemurianos. Entre sus
Subrazas se contaban los primeros Sernitas y mongoles, pero la
principal Subraza regente de la Atlántida habría sido la Tolteca, que
conquistó el continente. Antes de la destrucción final, un grupo de
iniciados Toltecas emigró a América y Egipto.
John A. West demostró que la erosión sufrida por la Esfinge de Giza,
no se debía al viento del desierto, sino a la acción de la lluvia. Tal
hallazgo suponía datar la Esfinge en al menos 9.500 de antigüedad, en
vez de 4.500 como se creía. Una obra de tal magnitud sólo pudo haberse
construido con unos conocimientos arquitectónicos, astronómicos y
matemáticos de una cultura muy anterior a la Egipcia. Algo semejante
podría decirse de la arquitectura de Tiahuanaco,
construida supuestamente por los toltecas que emigraron a América. Pero
la cuestión de las razas Atlantes, propuestas por los Teósofos no
termina aquí.
El ariosofista Jörg Lanz Von Liebenfels (1874-1954), uno de los
que mayor influencia parece haber ejercido en la primitiva ideología del
Nacional Socialismo Alemán, compartía las creencias de los Teósofos
sobre Lemuria y la Atlántida, pero fue más allá que ellos en relación con las razas y Subrazas Atlantes.
Von Liebenfels comenzó comparando favorablemente la antropogénesis
ocultista de Blavatsky, con los hallazgos de la paleontología
contemporánea. No tardó en afirmar que había descubierto la fuente de
todo el mal en el mundo y el significado auténtico de las Escrituras,
incluidas las ocultistas, como Las Estancias de Dzyan. El resto vino por añadidura. Según él, la octava estancia se refería a cómo los primeros Lemurianos ANDRÓGINOS,
se dividieron en dos sexos y atrajeron el castigo Divino al engendrar
monstruos con otras especies, atractivas pero inferiores: Tomaron
animales hembras muy bellos, pero descendientes de otros que no tenían
ni alma ni inteligencia.
Engendraron monstruos, demonios malvados. Según Von Liebenfels, la cuarta raza raíz Atlante,
se había dividido en diversas subespecies puras y bestiales,
correspondiéndose éstas con los primeros antropoides y los monos
antropomórficos: El error fatal de los descendientes de los antropoides (Hombres Dioses), la quinta raza raíz de los Arios Homosapiens, habría sido mezclarse repetidamente con los descendientes de los monos (Hombres Animales).
En relación con esto último, el investigador Nicholas Goodrick Clarke,
señala en "Las raíces ocultas del Nazismo" que la consecuencia fue la
creación de varias razas mixtas, que según el protonazi Liebenfels,
amenazaban la autoridad sagrada de los Arios, en todo el mundo. Las
raíces de la eugenesia Nazi, se encuentran aquí, e ideas similares han
persistido entre aquellos visionarios de la Atlántida, que se han
atrevido a hablar de sexo.
La canalizadora Ingrid Bennett, lo ha hecho. Gracias a la ayuda de sus guías y ayudantes espirituales, entre ellos Nube Blanca y Águila Blanca,
esta Sanadora y Médium Holandesa, afincada en Nueva Zelanda, desde niña
ha canalizado muchísima información sobre su pasada vida en la
Atlántida comoGuardiana del Cristal.
En sus informes ofrece datos sobre la vida íntima de los Atlantes: Las
relaciones sexuales eran muy activas y los mantenían sanos. El sexo era
tan importante, como el comer y el dormir. Algunos tenían relaciones con
animales o con seres mitad humanos mitad animales, como los centauros.
La perversión de las costumbres en la última etapa Atlante, no se
limitó sólo a la práctica del bestialismo, sino también a la de la
magia. Ésta terminó por minar su sociedad, según asegura, entre otros
muchos, Daphine Vigers en "Atlantis Rising" (1952): hace
unos 10.000 años, los egoístas dirigentes de la Atlántida perdieron
interés en el progreso científico y su respeto por el antiguo
conocimiento desapareció. A medida que éstos dedicaban sus energías a
peligrosas prácticas ocultas, la magia negra reemplazó gradualmente a la
Religión.
Diversos autores han afirmado que la causa del desastre final, se debió
precisamente a la práctica de la magia, pero otros lo han atribuido a su
avanzada tecnología, la cual les habría permitido manejar poderosas
energías cosmotelúricas, que acabaron escapando a su control y
provocaron un gran desequilibrio en la Naturaleza.
Según Scott Elliot,
la tercera raza Atlante, los Toltecas, eran gigantes. Medían 2,5 metros
y vivían en la fabulosa Ciudad de las Puertas Doradas, una gran urbe
circular con canales, la misma que el sacerdote Egipcio Solón, describió a Platón. Era muy similar a la Khorsabad amurallada del Rey Sargón II, en Sumeria,
que estaba enterrada bajo las arenas en tiempos del filósofo griego.
También se parecía a la capital de los Aztecas en México y a la de los
Incas en Perú, quePlatón desconocía.
Era, según la descripción de este último, una ciudad circular con palacios, puertos y dársenas.
Los recintos de tierra estaban amurallados y recubiertos de metales: el primero de bronce a modo de barniz, el segundo de estaño y la acrópolis de Oricalco, un metal hoy desconocido que relumbraba como el fuego.Esta ciudad tenía también numerosos templos dedicados a diversas deidades, muchos jardines, piscinas al aire libre, gimnasios, cuarteles y un hipódromo gigantesco cuyo circuito, de un estadio de largo, discurría en círculos concéntricos. La parte de la Atlántida que daba al mar se describe como llena de acantilados, pero en la ciudad central había una campiña rodeada de montañas. |
Este edificio ha sido descrito con bastante detalle por el visionario F. S. Oliver, en su obra "Caminante entre dos mundos"
(1952): tenía forma piramidal y en su interior había grandes cristales
colgando del techo que creaban un efecto de luz especial. Una plataforma
elevada de granito rojo ocupaba el centro del templo y poseía un gran
bloque de cuarzo cuyos destellos no dañaban la vista, pero producían un
fuego útil para las cremaciones y sacrificios.
Excepto por la citada ciudad, los Atlantes no solían construir grandes urbes debido a su impacto medioambiental. Según expone Murry Hope en su obra "Practical Atlantean Magic" (1991), sus comunidades eran pequeñas y las casas construidas hace unos 12.000 años eran circulares. El psíquico Dale Walker,
por su parte, indica que construyeron grandes torres como faros cerca
del mar... Templos de gran belleza llenaban la Tierra. En ellos, la
combinación de luz, color, sonido, magnetismo y energías de pensamiento
se canalizaban mediante cristales para hacer maravillas en el campo de la Sanación. Este no es el único dato que aporta Walker sobre la forma en que los Atlantes ejercían la medicina.
Sus informes van mucho más allá: cuando era preciso, los sacerdotes Sanadores conectaban
con las mentes de los pacientes para conseguir que las células del
cuerpo se separaran, dejando al descubierto el órgano enfermo. Las
células a su alrededor se soltaban y forzaban al órgano hacia la
superficie del cuerpo, donde el Sanador lo tomaba y lo introducía en una
cámara de rejuvenecimiento. Las células rejuvenecían solas... No había
dolor ni sangre ni traumas. Esta información no es la única capaz de
despertar escepticismo respecto a lo que nos cuentan sobre la
civilización Atlante.
Sin embargo, existen otras aportaciones mucho más interesantes, como la de Cayce, el vidente que nos ha dejado el mayor legado psíquico sobre la Atlántida.
Edgar Cayce no
sólo propuso una interesante cronología en relación con los cataclismos
Atlantes, mucho más cercana a la posible realidad que la de Scott Elbot,
sino que informó ampliamente sobre el avance técnico de nuestros
ancestros. Nos habló, por ejemplo, del poder de los cristales y de rayos
super cósmicos. ¿Tecnología avanzada como la nuestra?
Si las catástrofes geológicas a las que se refería Cayce, ya
suponían un gran desafío para las nociones científicas de su época,
mucho más lo era describir las fuentes energéticas que activaban los
barcos, submarinos y aviones de la civilización Atlante. Sin embargo, no
pareció equivocarse demasiado. Los hombres con características
anatómicas modernas ya estaban dispersos por el planeta hace unos 50.000
años, fecha próxima a la que indicó Cayce para la primera destrucción de la Atlántida.
Las demás, en las que Cayce sitúa los cataclismos posteriores, concuerdan con las de los geólogos sobre las inversiones de los polos magnéticos, cambios climáticos, terremotos, períodos de actividad volcánica y extinciones, de forma que sus visiones que anticiparon muchos de éstos y de otros descubrimientos científicos, no parecen puramente imaginarias.Sus relatos sobre la utilización de alta tecnología, especialmente referida a cristales, resultaban hace tiempo más difíciles de aceptar, sobre todo cuando se refiere a ellos como acumuladores de información y energía para su uso posterior, pero hoy ya no resultan tan absurdos. |
En la misma línea de Cayce, el psíquico Dale Walker,
ha indicado que los cristales se utilizaban para convertir la energía
solar en electricidad... Su increíble poder y esplendor fue posible
gracias a la ciencia de los cristales. El descubrimiento del uso de los
cristales para controlar la increíble reacción energética entre materia y
antimateria, dio lugar a los vuelos espaciales.
Más detallado aún es el relato ofrecido por el psíquico Michael Gary Smith,
según el cual éstos disponían de pantallas mágicas, en las que podían
ver cuanto sucedía en cualquier punto de la Tierra. Asimismo poseían
bolas de luz que se encendían y apagaban con un simple movimiento de la
mano. Otro de los maravillosos inventos de esta civilización era un
carro sin caballos que lanzaba un rayo de fuego, blanco por delante y
rojo por detrás. Esta civilización creció hasta tal punto que disponían
de barcos para llegar a casi cualquier punto de la tierra. Tampoco hay
que olvidar los mágicos pájaros de plata donde la gente viajaba a través
del cielo, a velocidades altísimas. Y más aún, existen indicios de que
en la Atlántida había naves espaciales capaces de
abandonar la atmósfera terrestre y llegar a la Luna y a otros planetas.
Otro campo de la ciencia de la antigua Atlántida, era la posibilidad de
crear seres humanos iguales a nosotros y el uso de máquinas mentales
subatómicas.
Una tecnología tan puntera tenía que ir inevitablemente acompañada de
una medicina muy avanzada. Según él, tenían un pequeño instrumento que
cabía en la palma de la mano del paciente y consistía en un cristal con
una capucha de cobre en cada extremo: El médico podía leer el color del
aura o del campo biomagnético del paciente mediante este cristal y diagnosticar la dolencia, explica Smith.
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