


descendente
que, sumergiéndose a gran profundidad, llegaba hasta una sala que
albergaba un gran número de máquinas de extraño funcionamiento y, por
supuesto, de origen desconocido. También mencionó la existencia de miles
de prismas de cristal cuya función ignoraba, y una máquina
antigravedad, entre otras muchas cosas que "usted no se
creería", según las palabras textuales que Kinnaman pronunció en la
mencionada conferencia. Curiosa o sospechosamente, el arqueólogo no
recordaba la ubicación exacta de este túnel tan singular, por lo que no
ha vuelto a ser encontrado jamás.Pero sin duda alguna, el episodio más
simpático de la época moderna fue el vivido por el príncipe Faruk, el
hijo del rey Fuad de Egipto, quien en 1945, emulando la gesta de su
heroico antepasado Tutmosis IV no tuvo otra ocurrencia que ir de noche
en su jeep a visitar la Esfinge"para tocar algo y empujar una enorme
losa abierta, que hacía de puerta", según nos cuenta el propio Faruk. La
narración del rey no tiene nada que envidiar a la anterior, pues tras
aquella puerta encontró, en palabras textuales, "una gran habitación
guardada por un autómata".Desgraciadamente, Faruk no dice que‚ era
aquello tan importante que merecía ser guardado por un autómata, y al
igual que sucedió con Kinnaman, tampoco recordó el lugar exacto donde
estaba dicha puerta.Sin embargo, haciendo bueno el refrán "cuando el río
suena agua lleva", todas estas historias aunque narradas, que duda
cabe, de una forma extravagante por sus protagonistas, no hacen más que
respaldar los estudios que se han realizado sobre el monumento en el que
se han apreciado varias concavidades en diferentes partes de la
estatua.De esta manera, se ha podido descubrir que, para asombro de
muchos y espanto de otros, tanto la meseta de Gizeh como la propia
Esfinge son un auténtico queso de agujeros. Y todavía no sabemos que
secretos albergara el interior de este grandioso monumento y por que no,
no sabemos si en el interior de esta se encuentra la biblioteca de
aquella gran civilización perdida, una biblioteca que confirmara la
existencia de la edad de oro, de la Atlántida. En conclusión no sabemos
ni quien la construyó, ni porque, ni para que y sobre todo ni cuando
solo sabemos que es un león con cabeza humana dispuesta ha hablarnos,
solo hay que escucharla con atención y con paciencia para poder conocer
su lengua, mientras tanto solo podremos estar con barajando preciosas
hipótesis sobre su interior.
¿Qué‚
es lo que esconden estas cavidades? ¿Contienen los archivos de
antiquísimas civilizaciones que relacionan la mítica Atlántida con
Egipto tal y como pronosticó el vidente norteamericano Edgar Cayce? ¿A qué‚ se debe la reticencia del gobierno egipcio a investigar este tipo de descubrimientos?
Fuente: http://veritas-boss.blogspot.com.es