A diferencia de
otras civilizaciones extinguidas bien documentadas, como la Maya, la
Micénica o la Babilónica, sobre las que se ha podido reconstruir un
lenguaje común, precisar lugares geográficos y trazar contactos
específicos con culturas contemporáneas, en el caso de la Atlántida esto
no ha sido posible. Así y todo, hay innumerables hebras deshilachadas
que parecen proceder de una misma madeja, por muy enmarañada que esté.
¿Qué pensar, por ejemplo, de los mitos universales que preservaron el
remoto conocimiento de la precesión de los equinoccios, un fenómeno
astronómico supuestamente descubierto por Hiparco en el 127 a.C.?.
El hecho de que este ciclo se complete cada 26.000 años sugiere que los humanos habrían estado observando el cielo sistemáticamente durante milenios, según expusieron con todo detalle Giorgio de Santillana y Hertha Von Dechend.Los mapas preservados por marinos como Piri Reis (ver nuestra Sección "Los mapas de Piri Reis"), con la Antártica cartografiada sin hielo hace males de años, confirman también que un conocimiento semejante sólo podía haber sido acumulado por una civilización marítima anterior a los cambios de nivel sufridos por el mar a finales de la última edad glaciar, hace unos 11.500 años. |
Muchos consideran que la Atlántida fue una fantasía elaborada por Platón, en sus diálogos Critias y Timeo,
pero eso no ha impedido su búsqueda por parte de numerosos
historiadores, eruditos, geólogos, submarinistas, paleontólogos y
arqueólogos, sin olvidar a los visionarios ocultistas y dotados
psíquicos.
La historia que estos últimos nos han contado es sin duda más fascinante
que la ofrecida por arqueólogos y exploradores. Con fragmentos reunidos
por unos y otros, la investigadora norteamericana Shirley Andrews, intentó esa reconstrucción en su obra "Atlantis, Insights from a Lost Civilization" (Llewellyn, 1997).
En esta visión, la Atlántida se despliega ante nuestros ojos como un mundo muy parecido al nuestro en algunos aspectos.
Pese a sus
errores, los psíquicos informan con frecuencia sobre sucesos a los que
no tienen acceso los historiadores, ya que se apoyan en vías de
información que no están limitadas por el tiempo ni por el espacio.
Por otra parte, el material Canalizado, encaja con algunas de las
fuentes tradicionales relativas a la civilización Atlante. Aunque ellos
lo nieguen.
¿Basaron sus relatos en las fuentes escritas conocidas? ¿Acaso se
influyeron unos a otros a través de la percepción extrasensorial, como
ha sugerido el investigador psíquico Alan Vaughan?
Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891) sobre el mundo Atlante,
supuestamente obtenidos a partir del estudio de las tradiciones
ocultistas orientales y mediante comunicaciones con otros planos,
influyeron poderosamente a toda la corte de videntes posteriores.
Algunas de sus propuestas resultaban absurdas y descabelladas en su
época, pero un siglo después han recobrado vigor. Por ejemplo, la de que
seres inteligentes anteriores al hombre coexistieron con los
dinosaurios parece cada vez más plausible a la vista de los
inexplicables hallazgos de huellas y fósiles humanoides, correspondientes a aquella época, en diversas zonas del planeta.
Por ejemplo, el doctor C. N. Dougherty descubrió en 1971 en el Valle de los Gigantes (Texas)
numerosas huellas de Saurios de diversas especies, junto a otras de
pies humanos de gran tamaño, en el mismo estrato geológico. Éste y otros
descubrimientos semejantes parecerían dar la razón a Blavatsky, a los Vedas y a otras muchas antiguas tradiciones.
El mapa de la antigüedad de la Tierra y el esquema de la evolución humana mediante diversas Razas Raíz, divididas en Subrazas, trazados por esta ocultista, resultan más que discutibles. Pero, a medida que van aflorando fósiles humanos, cada vez de mayor antigüedad, parecen ir confirmándose algunos de sus datos.Es preciso señalar, no obstante, que las Razas Raíces de Blavatsky, no se corresponden con nuestro concepto habitual de raza, ni siquiera con el de humanidad, ya que la primera sólo habría existido en el plano astral. |
La segunda o
hiperbórea, se acercaba más a los hombres actuales, pero estaba muy
vinculada con el plano etéreo; y habitaba el norte de Asia y parte del
Ártico. En tercer lugar estaban los habitantes de Lemuria,
desaparecida en el Pacífico. La humanidad actual sería la quinta raza,
mientras que la cuarta correspondería a los Atlantes: eran bastante
altos, estaban divididos en dos sexos y su avanzada civilización habría
dado origen a las conocidas por nosotros. Sin embargo, al igual que Lemuria, su sociedad fue destruida por diversos cataclismos.
Según los teósofos, las razas sexta y séptima que nos seguirán serán de nuevo más etéreas.
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