El videojuego imitaba la lucha en guerra submarina, y fue desarrollado en la base naval New London, en Groton. Como relató el agente de la CIA Amir Mirza Hekmati, detenido en Irán, los videojuegos son concebidos como armas de guerra psicológica para justificar las acciones bélicas de Estados Unidos y, de hecho, alguno de ellos ha sido regalado en Irak para modificar la Opinión Pública sobre la invasión USA.
En una confesión en vídeo que reprodujo The Iranian Times, Hekmati dijo que trabajó para el DARPA después de dejar los marines en una compañía de videojuegos llamada Kuma Games.
Salvo su director, ninguno de los trabajadores sabía que, en realidad, era una contrata de la CIA especializada en guerra psicológica. Dado que, como se ha comentado, el asesino de Connecticut estaba en tratamiento psicológico, todo apunta a que estamos ante otro Asesino MK-Ultra más que se inscribe dentro de la guerra interna que está viviendo Estados Unidos.
Con toda probabilidad, Adam Lanza creía que estaba viviendo un videojuego cuando desencadenó la masacre.
Fuente:El Intransigente