El alto consumo de productos con
jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), que se utiliza para endulzar y dar
gusto a muchos productos de venta masiva, tanto clásicos como 'light' o
dietéticos, es nocivo porque predispone a la diabetes y a la obesidad.
"El alto consumo de fructosa
puede causar una disminución en la insulina sensibilidad y como consecuencia
intolerancia a la glucosa e insulina resistencia, que son factores
predisponentes de la diabetes", aseguró a Télam Vanina Petrele, jefa de
residentes del Departamento de Alimentación y Dietética del Hospital de
Clínicas, de la ciudad de Buenos Aires.
La especialista señaló que "estos
factores tienen que ver con la mala alimentación", y en este sentido
recomendó "disminuir el consumo de bebidas azucaradas, galletitas dulces o
productos industrializados que contengan jarabe de maíz".
El jarabe de maíz está presente en una gran gama de productos como yogures enteros y descremados; gaseosas, refrescos de cola, jugos azucarados, aguas saborizadas, panes tipo lactal o de hamburguesas, grisines, cereales, galletitas de agua, tostaditas, barras de cereal, galletitas dulces, mermeladas, ketchup, postres para bebes y niños y alfajores.
También tienen este producto las carnes procesadas como fiambres y salchichas, batidos, helados, frutas y verduras procesadas, salsa de tomate, salsa para pizza y barbacoa
"En algunas ocasiones es preferible el consumo de un producto no dietético y disminuir los productos industrializados", dijo Petrele tras hacer hincapié en la importancia de educar a la población para que aprenda a elegir alimentos leyendo las etiquetas. En este sentido, destacó que:
El jarabe de maíz está presente en una gran gama de productos como yogures enteros y descremados; gaseosas, refrescos de cola, jugos azucarados, aguas saborizadas, panes tipo lactal o de hamburguesas, grisines, cereales, galletitas de agua, tostaditas, barras de cereal, galletitas dulces, mermeladas, ketchup, postres para bebes y niños y alfajores.
También tienen este producto las carnes procesadas como fiambres y salchichas, batidos, helados, frutas y verduras procesadas, salsa de tomate, salsa para pizza y barbacoa
"En algunas ocasiones es preferible el consumo de un producto no dietético y disminuir los productos industrializados", dijo Petrele tras hacer hincapié en la importancia de educar a la población para que aprenda a elegir alimentos leyendo las etiquetas. En este sentido, destacó que:
"Lo que hay que saber es que en
algunos productos dietéticos o light en los que se usa un edulcorante no
nutritivo que no aporta calorías, se le agrega jarabe de maíz para mejorar
el sabor".
"El jarabe de maíz es glucosa que
se obtiene del almidón, y la industria lo utiliza porque es barato
producirlo".
Petrele añadió que "en nuestra
población no hay un estudio sobre esta temática, pero en Estados Unidos el 80
por ciento de la fructosa ingerida en la dieta proviene de alimentos con
agregado de jarabe de maíz, y justamente lo malo es esa fructosa que agrega la
industria para endulzar".
Por su parte, la fundación DAAT, que se especializa en el tratamiento de la obesidad y la diabetes realizó un estudio en el que destaca que "el jarabe de maíz es un ingrediente altamente nocivo para la salud que además genera adicción", que se relaciona directamente con la diabetes y la obesidad.
La obesidad está caracterizada como una patología con características de epidemia global, al igual que la diabetes que afecta a 366 millones de personas en todo el mundo, de los cuales el 46 por ciento tiene entre 40 y 59 años, según datos de la International Diabetes Federation, que consignó la fundación.
En este marco, destacó que "existen varios trabajos que muestran relación evidenciada entre el aumento del consumo del jarabe de maíz en la dieta occidental, y la presencia de diabetes, aumento de los valores del colesterol, hígado graso no alcohólico o inflamación hepática, aumento del acido úrico".
El consumo de este producto, cuyas siglas son JMAF y en inglés HFCS, "aumenta paralelamente a la epidemia mundial de obesidad y diabetes", señala tras añadir que este jarabe estimula la vía del placer a nivel del sistema nervioso central "por lo que crea habituación y posiblemente dependencia y adicción".
La fundación precisó asimismo que los fabricantes de este jarabe "quieren que su producto, de consumo masivo desde que en los años 80 se disparara el precio del azúcar tradicional, pase a llamarse azúcar de maíz, algo que los productores de caña de azúcar consideran un engaño al consumidor, además de un robo de identidad"
Según fuentes del organismo "Argentina se encuentra en el séptimo lugar en el mundo dentro de una escala comparativa de consumo de JMAF entre 43 países con 7,67 kg/persona/año", en tanto el primer puesto lo ocupa Estados Unidos".
http://es.sott.net
Por su parte, la fundación DAAT, que se especializa en el tratamiento de la obesidad y la diabetes realizó un estudio en el que destaca que "el jarabe de maíz es un ingrediente altamente nocivo para la salud que además genera adicción", que se relaciona directamente con la diabetes y la obesidad.
La obesidad está caracterizada como una patología con características de epidemia global, al igual que la diabetes que afecta a 366 millones de personas en todo el mundo, de los cuales el 46 por ciento tiene entre 40 y 59 años, según datos de la International Diabetes Federation, que consignó la fundación.
En este marco, destacó que "existen varios trabajos que muestran relación evidenciada entre el aumento del consumo del jarabe de maíz en la dieta occidental, y la presencia de diabetes, aumento de los valores del colesterol, hígado graso no alcohólico o inflamación hepática, aumento del acido úrico".
El consumo de este producto, cuyas siglas son JMAF y en inglés HFCS, "aumenta paralelamente a la epidemia mundial de obesidad y diabetes", señala tras añadir que este jarabe estimula la vía del placer a nivel del sistema nervioso central "por lo que crea habituación y posiblemente dependencia y adicción".
La fundación precisó asimismo que los fabricantes de este jarabe "quieren que su producto, de consumo masivo desde que en los años 80 se disparara el precio del azúcar tradicional, pase a llamarse azúcar de maíz, algo que los productores de caña de azúcar consideran un engaño al consumidor, además de un robo de identidad"
Según fuentes del organismo "Argentina se encuentra en el séptimo lugar en el mundo dentro de una escala comparativa de consumo de JMAF entre 43 países con 7,67 kg/persona/año", en tanto el primer puesto lo ocupa Estados Unidos".
http://es.sott.net