El complejo arqueológico de
Teotihuacán, y la civilización que ahí habitó, es una de las más misteriosas de
la historia precolombina, en especial porque alguna vez floreciente y magna, en
cierto momento la ciudad fue abandonada y sus habitantes se dispersaron hacia
otras zonas, abandonando las portentosas construcciones, entre las cuales las
más emblemáticas son las pirámides del Sol y de la Luna.
Hace unos días en una de estas
edificaciones un pequeño robot de exploración descubrió los que parecen ser
tres pequeños pasajes hasta ahora desconocidos, los cuales se encuentran debajo
del Templo de Quetzalcóatl, cercano a la Pirámide del Sol.
Luego de varios meses deambulando por
los sótanos del templo, el robot Tláloc II-TC se encontró con lo que podrían
ser los accesos a sendas cámaras subterránea de aproximadamente 2 mil años de
antigüedad.
Entre otros motivos el hallazgo parece
promisorio porque, de tratarse en alguno de los casos de una tumba, las
reliquias ahí conservadas podrían arrojar luz sobre la estructura social de
Teotihuacán, la cual hasta la fecha permanece como uno de los grandes misterios
de aquella civilización.
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