La hipótesis antropológica moderna (alternativa a la célebre teoría
neo-evolutiva de las especies), que admite la posibilidad de la
existencia de una humanidad prehistórica, con un grado de desarrollo
tecnológico similar o superior al actualmente alcanzado por el hombre,
puede encontrar uno o varios puntos de apoyo en el descubrimiento de
docenas de antiguas ciudades sumergidas en los océanos de todo el
planeta, halladas a lo largo del siglo pasado y en los primeros años del
actual”?
Casos sorprendentes como el de las estructuras de Yonaguni en Japón, o
la sumergida ciudadela “Mega” encontrada accidentalmente al noroeste
cubano, continúan excitando a los buscadores de geografías mitológicas,
tales como la Atlántida, Mu o la tierra de Thule, llegándose a proclamar
cada pocos años, el hallazgo definitivo de alguno de estos hipotéticos
imperios.
Arquitectura urbana de un tiempo imposible
Un ejemplo típico de ruinas arqueológicas fue hallado 120 pies bajo el
agua en el golfo de Cambay, ubicado en la costa occidental de la India.
Se estima que la vasta ciudad, descubierta por casualidad cuando hacían
una investigación sobre el efecto de la contaminación, podría datar de
unos 9.000 años atrás. Haciendo uso de un rastreador tipo sonar (el cual
emite un rayo de ondas sonoras sobre el fondo del océano), lograron
identificar estructuras geométricas definidas, a una profundidad de 36
metros. Del sitio se recuperó material de construcción, alfarería,
secciones de paredes, cuentas, esculturas, huesos y dientes humanos. Las
pruebas de carbono indicaron que estas piezas tenían 9.500 años de
antigüedad. Sin embargo, se conoce que en el territorio no había
civilización antes del año 2.500 a.C. La ciudad resultó ser incluso más
antigua que la civilización Harappan, la cual es la más vieja del
subcontinente, poseyendo una historia de 4.000 años de antigüedad.
Otro sorprendente caso fue dado a conocer en enero de 1967, cuando el
“Aluminaut”, considerado en aquella época como el submarino de
exploración capaz de realizar la inmersión más profunda del mundo,
descubrió casualmente una “carretera” en la zona costera de Florida,
Georgia y Carolina del Sur, la cual se extendía en línea recta por más
de quince millas, a una profundidad de 900 metros, y se hallaba
pavimentada con un cemento compuesto de una combinación de alúmina,
sílice, cal, óxido de hierro y óxido de magnesio. Curiosamente en dicha
oportunidad la carretera se encontraba limpia debido a una corriente
submarina, por lo que Arthur L. Market, director del Aluminaut, reportó
que, gracias a las ruedas especiales adicionadas al submarino, éste pudo
transitar por la enigmática pista. Exploraciones posteriores de
submarinistas profesionales hallaron al final de la carretera nada menos
que una serie de construcciones monolíticas, similares a edificios. Un
descubrimiento de este carácter lleva a muchos de los científicos más
serios a preguntarse: ¿Qué tecnología pudo construir una larga carretera
de asfalto que se mantuviera en buenas condiciones por más de 10.000
años?
Un acontecimiento más reciente, de estas características, tuvo lugar en
septiembre del 2004, cuando el mismo tsunami que se abatió sobre las
costas el sudeste asiático, movilizó toneladas de arena del lecho
costero de Tamil Nadu, India, dejando al descubierto parte de la ciudad
mítica de “Mahabalipuram”. Según la leyenda local, la ciudad de
Mahabalipuram sufrió una gran inundación que la sumergió 1.000 años
atrás, en un solo día, cuando los dioses se pusieron celosos de su
belleza. La historia narrada por los habitantes locales dice que seis
templos fueron cubiertos por las aguas, pero el séptimo quedó en pie
sobre la costa. El equipo de 25 buzos de la Sociedad de Exploración
Científica y del Instituto Nacional de Oceanógrafa de la India exploró
la extensa área plagada de estructuras hechas por el hombre, a una
profundidad de 5 a 7 metros bajo el mar. La escala de las ruinas
sumergidas cubre varias millas cuadradas, a distancias de hasta una
milla fuera de la costa. La fecha estimada de las construcciones podría
ser de 1.500 a 1.200 años atrás, aunque algunos investigadores dicen que
provienen de hasta 6.000 años atrás.
La arqueología marina ha sido posible como disciplina académica desde
hace cerca de 50 años—desde la introducción del equipo de buceo. En ese
tiempo según Nick Flemming, decano de la Marina Arqueológica Británica,
unos 500 sitios sumergidos que contienen restos de alguna forma de
estructura hecha por el hombre, o de artefactos de piedra, han sido
encontrados en todo el mundo. Se ha calculado que una quinta parte de
las ciudades sumergidas ostenta más de 3.000 años de antigüedad. Este
hecho sugiere que el tiempo remoto en que las mismas se hallaron en
tierra firme, va más allá del período que entendemos como los albores de
la civilización. Siendo válido este punto de vista, se podría afirmar
que la tecnología y el arte utilizados para llevar a cabo nuestras
empresas arquitectónicas no son más que un simple redescubrimiento.
Fuente: Lagranepoca.com