Los neoyorquinos, congelados tras el paso de Sandy Con la llegada del clima frío los ciudadanos de Nueva York afectados por la supertormenta Sandy no pueden quedarse en sus hogares, que siguen sin gas y electricidad.
Entre tanto las autoridades de la ciudad se enfrentan al problema de cómo alojar a decenas de miles de neoyorquinos congelados. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció que los próximos días van a bajar las temperaturas en la ciudad, lo que puede poner en peligro la vida de miles de personas que todavía están sin calefacción por el paso de la supertormenta.
Los meteorólogos advierten que la temperatura descenderá hasta los 2 grados centígrados y a 1 bajo cero por las noches, y pronto el continente recibirá una nueva tormenta que llevará un viento frío, lluvias y nieve. Sin embargo, el Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU. dijo que la tormenta sería mucho más débil que el devastador huracán Sandy. Bloomberg criticó a las compañías energéticas de Long Island porque están trabajando lentamente en el restablecimiento del suministro de electricidad en las zonas más desfavorecidas. También dijo que el suministro de emergencia de gasolina en la ciudad se terminará en un par de días. Pese a las recomendaciones de las autoridades, cada día es más frío mientras 730.000 personas en el estado de Nueva York, entre ellas 145.000 residentes de la ciudad de Nueva York, siguen sin gas y electricidad.
La cifra total de muertos por el huracán en la ciudad alcanzó las 42 personas, pero todavía no se sabe el número exacto de hospitalizados y de personas con hipotermia. El gobernador del estado de Nueva York, Anthony Cuomo, anunció en una rueda de prensa que incluso aquellos que se niegan a abandonar sus hogares se verán obligados a trasladarse a los centros para refugiados para pasar el invierno. Entre tanto, el alcalde Bloomberg dijo que hay necesidad de proporcionar vivienda a entre 30.000 y 40.000 neoyorquinos, pero subrayó que actualmente no hay vivienda libre.
La Cruz Roja, a su vez, intensifica su labor para ofrecer refugio, ropa de abrigo, almohadas y mantas para aquellos que aún no tienen gas y electricidad en sus casas.