La desaforada imaginación armamentista del Pentágono hace pensar si acaso todos esos desarrollos tecnológicos de la industria bélica que se planean a través de la DARPA son la antesala de una invasión alienígena.
En la historia de la humanidad ha sido común que la guerra sea uno de los principales impulsores de tecnología, un factor que propicia el desarrollo de dispositivos, medios y otros artificios afines que, después, en etapas que podríamos llamar pacíficas, se insertan en la vida común para facilitar tareas cotidianas.
Una triangulación entre dos sedes terrestres y una serie de satélites espaciales generará el mayor sistema infrarrojo del mundo, capaz de detectar lanzamientos de misiles y explosiones nucleares que ocurran en cualquier punto de la Tierra.
FUENTEMaElIntransigente