¿ES ESTA SEGÚN DIJO HANS HÖRBIGER, LA ÚLTIMA LUNA ANTES DEL FIN DE LA HUMANIDAD.?
Hans Hörbiger (29 de noviembre 1860 – 11 de octubre 1931) fué un ingeniero austriaco, nacido en Atgesrdof,
un suburbio de Liesing (Viena). Tomó parte destacada en la construcción
del metro de Budapest y en 1894 inventó un nuevo tipo de vávula
esencial para compresores que aún hoy día se usa.
No obstante y logros laborales aparte, Hörbiger, será siempre recordado por su pseudocientífico trabajo. "MUNDOS DE HIELO".
NI QUITAMOS NI PONEMOS. QUEREMOS HACEROS LLEGAR LAS CONCLUSIONES A LAS QUE LLEGÓ HANS HÖRBIGER EN SU COSMOVISIÓN.
y sobre todo tengamos en cuenta que estas cuando menos extravagantes
ideas tuvieron una suma influencia en el movimiento ocultista nazi. Si,
Hörbiger y su cosmovisión dieron "alimento" a sociedades como "Thule" de
capital importancia para entender ese ideario oculto de la alemania
nacional-socialista.
Aquí hemos hablado muchas veces de la mitología Sumeria y la "existencia o no de Nibiru", el planeta X.
En esta teoría de Hörbiger, el cataclismo final no lo causa Nibiru, ni ningun cuerpo estelar ajeno a nuestro sistema solar.
Curiosa y originalmente, es nuestra LUNA, la que al acercarse, se desintegra en pedazos y la lluvia de los mismos, nos aniquila.
Vamos a aventurarnos en el conocimiento de este particular hombre de ciencia y sus teorías cosmogónicas.
Nuestros cielos conocieron otras lunas y la actual es la cuarta.
Por tres veces masas heladas orbitaron en espiral alrededor de la Tierra
precipitándose al fin. Esta Luna actual también caerá a su tiempo pero
al ser más grande que sus hermanas predecesoras el cataclismo será
mayor.
Recordemos que antes de su caída la luna estalla y aumenta su velocidad
orbital transformándose en un anillo de materia y gases. Es este anillo
el que cae cubriendo a la Tierra con una banda circular.
Solamente se fosilizan los seres vivos con la caída del satélite ya que
en tiempos normales los organismos se pudren. Es por este motivo que
hablamos de una era Primaria, una era Secundaria y una Terciaria.
Nosotros vivimos en el Cuaternario, la era de la cuarta Luna.
Se puede pensar, entonces, que una gran variedad de especies han podido
medrar y también desaparecer, a lo largo de los tiempos, sin dejar
rastro, sin que podamos tener registros, ya que solamente hay
fosilización con la caída lunar.
La luna se acerca a la Tierra lentamente y durante un intervalo de
algunos cientos de miles de años su atracción es poderosísima. En ese
período la distancia Tierra - luna es de solamente 2 a 3 diámetros
terrestres, lo que da lugar al crecimiento desmesurado de los seres
vivos. Es el período del gigantismo.
Y es así como a finales de la era Primaria (Paleozoico) nos encontramos
con vegetales, anfibios e insectos gigantes, de los cuales nuestros
sorprendentes insectos actuales son un pálido reflejo, lejanos parientes
degenerados.
Y a fines del período Secundario (Mesozoico) nos sorprenden los
reptiles: diplodocus, iguanodontes, tyranosaurus rex. Animales de 30
metros de altura. Las radiaciones cósmicas son enormes ahora y
dramáticas mutaciones hacen ensanchar los cráneos, los animales
comienzan a caminar erguidos, otros más empiezan la aventura del vuelo.
Cruzamientos. Hibridaciones fantásticas: Grifos, Centauros, poderosos
Dragones, Hombres-pájaro, Inteligencias con alas de libélula, Mariposas
telepáticas.
Hacen su aparición los primeros mamíferos y tal vez, mutaciones
mediante, los primeros hombres de hace 15 o 20 millones de años, cuando
esta luna orbitaba muy cerca de la Tierra.
¿Son estos, acaso, los antepasados de los Gigantes a los que hace referencia El Génesis y que vivían 500 o 900 años?
Nada impide que estos primeros hombres, Gigantes, sean altamente
inteligentes, de gran desarrollo psíquico y enormes poderes de
comunicación y que se organicen socialmente en otros modelos muy
diferentes de los nuestros. Una cultura psíquica. Clanes telepáticos....
Pero la segunda luna llega a su fin y se rompe. Estalla y en forma de anillo cae a la Tierra.
La segunda luna se ha derretido...
Algunas especies sobreviven a la catástrofe y deben adaptarse a las
nuevas, terribles condiciones. La fuerza de gravitación terrestre es
casi insoportable. También los Gigantes se deben modificar para
continuarse en los recién llegados largos tiempos de las noches sin
luna.
Esta adaptación supone muchos cambios drásticos y cuando la tercera luna
es capturada y hace su aparición por primera vez en el cielo, ya
algunos Gigantes se han vuelto más pequeños y mucho menos inteligentes,
infinitamente más estúpidos.
Se han perdido algunos poderes, y son estos hombres empequeñecidos y
mucho más pobres psíquicamente nuestros verdaderos antepasados, que
serán guiados, civilizados y educados por los Gigantes puros, que
aparecidos al final del Mesozoico sobreviven aún, seres triunfantes, a
la segunda caída lunar.
Todos los Antiguos se saben descendientes de Dioses y Gigantes. La
Polinesia, Egipto, Asiria, México, Grecia, Escandinavia. Todas las
tradiciones, todas las leyendas nos hablan de Gigantes que desarrollaron
a los hombres, que les enseñaron la agricultura, los educaron en las
artes, los guiaron en las ciencias y los iniciaron en el manejo de su
propia espiritualidad... Es la gran era del Terciario (Cenozoico) que
durará varios millones de años. Es la era en la cual el hombre alcanza
su más alto grado técnico, su más elevado punto espiritual... Es la era
de cuando nuestros Maestros eran Gigantes y el hombre tenía un pasado
reciente y una mente abierta y fresca para saber de las asombrosas
criaturas, de las enormes Serpientes y los rugientes, flameantes
Dragones de fines del Secundario.
Tiahuanaco - Las dos Atlántidas
La tercera luna se acerca a la Tierra, las aguas de los mares crecen en
mareas incontenibles y los hombres de hace un millón de años suben a las
altas montañas con sus Reyes, sus Maestros, los Gigantes, desarrollando
nuevos centros de civilización.
Nada nos sorprende ya. Se han hallado sedimentos marinos a 4000 metros
de altitud en la cadena de Los Andes. Son las huellas del nivel de las
aguas del final del Terciario.
Nuevos centros de civilización: Tiahuanaco sería uno de esos nuevos centros de civilización superior.
¿Y porqué no?. Tiahuanaco tiene características sorprendentes. Paredes de 70 toneladas, pilares
de 100 toneladas, estatuas de 8 toneladas. Todas cinceladas en una sola pieza. ¿Maestros Gigantes?
En ese lugar se han encontrado esculturas del todoxón, animal que
solamente vivió en el Terciario, y entre las ruinas de Tiahuanaco se
hallaron restos fósiles del mismo.
Un calendario esculpido en un pórtico de piedra de 10 toneladas marca la
posición de la luna en cada hora del día y su movimiento, real y
aparente, en otros cielos antiguos, muy distintos del nuestro.
Y es que hay que saber que Tiahuanaco es 100000 años anterior al fin del período Terciario.
Una tradición de Nueva Guinea nos habla, hoy, de la Luna como creadora del hombre y predice, además la caída de la misma.
El monje tibetano Lobsang Tuesday Rampa afirma haber visto en su Tibet,
en el Potala, tres sarcófagos que contienen Gigantes, con un hombre de
tres metros de altura, bañados de oro, y además mapas estelares de
cielos antiguos y extraños.
Los Reyes Gigantes saben que la luna terminará por caer, pero gracias a
su alto grado de Conocimiento logran retrasar ese cataclismo y prolongar
esta Edad Atlántica.
Pero la tercera luna se cae... Termina por caer, las aguas descienden y
los centros Atlantes se ven súbitamente aislados, incomunicados entre
sí. No son ahogados por las aguas, sino que, paradojalmente, se ven
asfixiados por su descenso.
Los sobrevivientes deben descender hacia el limo cenagoso de las
llanuras que los mares han dejado al descubierto. Pasarán miles de años
para que una escasa vegetación, apenas provechosa, se desarrolle.
Y mientras tanto, los Gigantes han casi llegado a su fin. Los hombres se
embrutecen mientras dura este período sin luna de 140000 años y bajo la
dirección de los últimos Reyes Gigantes renacen, casi sin fuerzas,
otras civilizaciones en las altas llanuras del Norte al tiempo que
restos de la Antigua Atlántida permanecen aún en los cinco altos puntos
del Terciario: Tibet, Abisinia, Nueva Guinea, el México de los toltecas y
el centro superior de esa irradiación, Tiahuanaco.
Nos encontramos entonces frente a dos Atlántidas: la de los Andes,
Tiahuanaco, con sus cuatro centros irradiados y la del Atlántico Norte
entre los paralelos 40 y 60 de latitud, de mucho más baja categoría.
¿Es esta la segunda Atlántida a la que nos refiere Platón? ¿Existe esta Isla que Platón afirma?
Platón es propagador de verdades muy antiguas y si creemos en él debemos
también creer en la realidad de los cataclismos periódicos.
La tradición afirma que la Atlántida corrió igual suerte que el Egipto
antiguo algunos miles de años más tarde, pero Egipto se benefició
levantando su lecho merced a fuerzas telúricas luego de un tiempo de
immersión. Podemos ver los chotts, los lagos de las regiones de mesetas
de Argelia y Túnez, desecados y tapizados de una gruesa costra de sal.
El Sahara y Egipto están formados en su mayor parte por suelos de arena
marina. Encontramos las huellas de corrosión por las aguas en los
estratos de la Esfinge de Gizeh y en las columnas de los templos
faraónicos. Y los sacerdotes, sabedores de la catástrofe, hacían
construir los hipogeos reales profundamente excavados en la roca viva y
sellaban herméticamente sus accesos.
Existe un tiempo para todo, y la Atlántida termina también por desaparecer.
La cuarta Luna
Según Horbiger, hace unos 12000 años, la Tierra captura su cuarta luna. Es nuestra Luna actual.
Nuevos cataclismos acompañan esta asociación. Los mares corren desde las
zonas polares hacia el centro, la Tierra engrosa en las regiones de los
trópicos, comienzan los períodos glaciales.
La segunda Atlántida desaparece bajo las aguas impetuosas que fluyen del Norte.
La Biblia nos habla del Diluvio y de la Caída del Paraíso Terrenal. El
misterioso Apocalipsis tal vez se refiera a catástofes que los hombres
han visto y vivido y recuerdan a través de los siglos.
La cuarta Luna está muy alta y los Gigantes, agotados, van degenerando.
Y en este punto todas las mitologías nos hablan de combates entre
Gigantes, y entre hombres y Gigantes. Los hombres se embrutecen y
también se rebelan.
Tenemos recuerdos ancestrales, hincados profundamente en el tiempo, que
nos hablan de Seres Superiores. Los Egipcios de los tiempos de Herodoto
afirman que los Antiguos aprendieron sus artes de los Dioses.
Antiquísimas pinturas chinas nos muestran al Dragón Lunar cerniéndose sobre la Tierra.
Y es que la Luna es de queso...
Se volverá a derretir y esta cuarta Luna caerá hacia nosotros como sus predecesoras. Y habrá nuevos cataclismos y diluvios.
Vendrán los largos siglos de las noches sin Luna y en esos tiempos
tendremos otras mutaciones, nuevas razas, oleadas fantásticas de vida
nueva nos llevarán una vez más a los reinos de los Gigantes, a las
comarcas de los Cíclopes de super-desarrollada glándula pineal en su
tercer ojo, a las islas de los Elfos, a los países de los Dragones, a
los territorios de Lo Imposible.
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